domingo, 28 de marzo de 2010

Uno semanal ni de coña




Somo trabajadores competentes , ciudadanos ejemplares , pero amantes del sábado noche ;la pareja se siente infeliz. En momentos de calma, cuando a alguno de ellos el ajetreo del estrés laboral le da un respiro, percibe un paradójico e incómodo malestar que fácilmente suele disipar ocupándose de alguno de los múltiples asuntos pendientes. Especialmente los fines de semana y sobre todo los domingos por la tarde suelen ser aburridos o deprimentes. No saben cómo, pero el trabajo de ambos se extiende con frecuencia al fin de semana, lo que les permite mantener su nivel de ocupación.
Las relaciones familiares son un trámite de comida familiar que está más cerca de la relación social que del vínculo íntimo. Los amigos existen, pero cuando se les pregunta se suelen dar cuenta que su trato, si cabe, es menos frecuente que el sexo, que no se prodigan. Ha habido un sutil y progresivo descuido de las amistades íntimas, éstas requisan tiempo, algo de lo que no suelen disponer...
El placer, no sólo, pero también el sexual, requiere pocas cosas, quizá poco más que tiempo. No mucho, pero sí una cotidiana disposición activa a concedernos momentos de disfrute.

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